En razón del crecimiento demográfico actual y evidente junto con el desarrollo tecnológico acelerado
que conllevan a una reacción creciente en el consumo de las personas, el peligro
de extinción de las especies animales y vegetales en nuestro planeta es
inminente. En primer lugar porque invadimos su hábitat y en segundo lugar
porque las leyes de la oferta y la demanda propias del sistema capitalista
indican que el valor de las especies exóticas se transforma en un mercado en el
que la cantidad de clientes alrededor del mundo potencia la demanda y por tanto
los precios.
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